Programa «Safe at Home» Dormitorios
Dormitorios Seguros para Adultos Mayores
El dormitorio es un espacio fundamental para el descanso y la recuperación, por lo que debe ser diseñado para promover la seguridad y comodidad. Las dimensiones mínimas recomendadas para garantizar un desplazamiento independiente son de 90 cm de ancho para el paso y áreas de rotación de 150 cm, lo que permite una movilidad sin obstáculos. Los interruptores de luz deben estar fácilmente alcanzables y ser señalizados con luces nocturnas para facilitar la visibilidad durante la oscuridad.
En cuanto a los pisos, es esencial que sean antideslizantes para prevenir caídas, y se deben evitar las alfombras, ya que pueden generar tropiezos. La iluminación debe ser adecuada, brindando un ambiente cálido y confortable. Además, es importante aprovechar la ventilación natural para garantizar una buena circulación de aire. Las cortinas deben ser ligeras, permitiendo controlar la entrada de luz durante el día sin dañar los ojos, y asegurando que oscurezcan adecuadamente durante la noche.
La cama debe ser de fácil acceso, con una altura recomendada entre 40 y 60 cm, lo que facilita levantarse y acostarse sin esfuerzo. Idealmente, la cama debe ser articulada, con ruedas y capacidad de elevación, permitiendo ajustar la postura según las necesidades del usuario.
Los espacios de almacenamiento deben estar diseñados a baja altura, con puertas de corredera para evitar esfuerzo físico al abrir. Los muebles deben tener bordes redondeados para reducir el riesgo de golpes y ser ligeros para facilitar el movimiento.
Un aspecto clave para la seguridad es contar con un sistema de llamada de emergencia, que permita al adulto mayor solicitar ayuda de manera rápida y sencilla en caso de necesidad. Además, la automatización de luces y persianas puede mejorar la comodidad y accesibilidad, permitiendo un control sencillo a través de sensores o comando de voz.
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